viernes, 14 de marzo de 2014

Violento

A menudo he comprobado que expresar tus emociones en público violenta a muchos de los que te acompañan o las comparten contigo; de alguna manera, parece que consideran estas expresiones inapropiadas, fruto de una falta de control o de reacciones infantiles.

Y la estrella incontestable de este show, de esta escenificación pública, es sin duda el llanto, la expresión de una honda emoción. Es increíble lo mucho que llega a incomodar al que lo observa.

Quiero creer que esta reacción es la consecuencia de la falta de habilidades para acompañar correctamente estas manifestaciones sentimentales, fruto de cómo las entiende la sociedad, usos y costumbres imperantes; quizá también proceda de la incapacidad del que lo percibe para gestionar sus propias emociones; quizá, quizá, quizá...


Yo tengo la lágrima fácil, la emoción a flor de piel.

Y durante mucho años lo he reprimido como buenamente he podido, con el consiguiente sufrimiento y la frustración del no poder controlarlo siempre; con el miedo a ser tomada como débil, como diana de insidias, o devaluada como persona por mi falta de control... Hasta ahora.

Ahora digo basta. Ahora lloro si me peta, explico lo que me pasa, y si te sientes incómodo te jodes, que así levo sintiéndome yo 30 años y ya es hora de que te toque un poco a ti. Ahora si te confundes y piensas que soy débil es tu problema, y la sorpresa que te vas a llevar cuando descubras que no, tú te la buscaste.

Y qué quieres que te diga, me cuesta lo mío esa libertad, pero me siento mucho mejor...



Y tú, ¿por qué no lloras?

https://www.youtube.com/watch?v=kb_TDpOlDEQ




No hay comentarios:

Publicar un comentario