miércoles, 22 de octubre de 2014

Será...

La esperanza es un veneno..o es que a lo mejor esto no es esperanza, son expectativas, o a lo mejor me envenenan las expectativas y tengo que limitarme a la esperanza...

No sé, el diccionario no me acompaña esta vez...



expectativa(Del lat. exspectātum, mirado, visto).

1. f. Esperanza de realizar o conseguir algo.

2. f. Posibilidad razonable de que algo suceda.

3. f. Posibilidad de conseguir un derecho, una herencia, un empleo u otra cosa, al ocurrir un suceso que se prevé.


esperanza.

1. f. Estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos.

2. f. Mat. Valor medio de una variable aleatoria o de una distribución de probabilidad.

3. f. Rel. En la doctrina cristiana, virtud teologal por la que se espera que Dios dé los bienes que ha prometido.


martes, 23 de septiembre de 2014

Melancolía

Oficialmente he ingresado en una época triste y melancólica. Como este tiempo loco que nos sigue visitando, el otoño se ha adelantado en mi cabeza.

No es que me pase nada grave, y de hecho me siento ligeramente culpable, por sentir un agudo episodio de autocompasión aderezado con frustración y venenosas esperanzas, cuando ni me estoy muriendo ni puedo adivinar la espada de Damocles...

Ahora bien, más allá del catálogo concertado de males graves merecedores de afán y preocupación, lo de cada uno sigue siendo lo de cada uno, aquí y en Pekín.

Así que o nado o me hundo. Lo de flotar voy a reservarlo para cuando me baño... (aunque ahora que lo pienso, podría ir al Decathlon a comprarme un snorkel...).

(creo que esta chica me entiende)


P.D. La foto es de mi propiedad. Agradeceré que lo respetéis.

lunes, 5 de mayo de 2014

Ahora...

En estos momentos, cuando me siento físicamente incómoda en mi silla de oficina, me pregunto:


¿Es porque no estoy donde tengo que estar?,

o

¿es porque no se estar donde estoy?.



jueves, 24 de abril de 2014

Yo de mayor...

Yo, cuando sea mayor, quiero ser como ella...


Y no hay nada más que decir. :)

martes, 18 de marzo de 2014

Sexo, sexualidad, violencia y banalidad

Hace ya tiempo que reflexiono acerca de la falta de naturalidad, espontaneidad y frescura que rodea todo lo relacionado con el sexo.



Obviamente, lo hago desde el punto de vista de una mujer, porque es lo que soy, y el haberme percatado de todas las injerencias educacionales tanto paterno-maternales como sociales me ha dejado perpleja; se extienden hasta el infinito y más allá…

      ü  El sentirme desconectada de mi cuerpo
ü  “Niña, al sentarse se cierran las piernas”
ü  “No digas eso”
ü  De eso no se habla en primera persona, mi hija es un maravilloso ser asexuado.
ü  ¿Por qué tiene que enterarse todo el mundo de que tienes la regla? (antes de que te hubieran implantado la semillla de la vergüenza, cuando no comprendías de qué tenías que avergonzarte exactamente).
ü  “La regla no puede pararte”.
ü  La regla es una condena, un castigo, una mierda.
ü  Hueles mal, tienes que desodorizarte,
ü  Obviamente, tu vagina huele peor, nadie debe notar qu tiene un olor particular ni que sangra cuanod lo hace, porque eso es inaporpiado, cuando no vergonzante (y a eso juegan los anuncios de las nubecitas de marras)
ü  Quizá no me quiera si no follo bien, quizá no me quiera si no quiero tener sexo duro siempre y a cada hora...
ü  ¿Qué pasará cuando descubra que no me comporto como las actrices porno?, y es que tampoco me mola hacerlo así; como mucho una vez cada año bisiesto, pero todas las veces la fantasía del sexo directo sin afecto con penetración y en estado de sumisión cuando no violación,…en fin…



La jaula es grande en un país occidental, pero sigue siendo una jaula en una sociedad patriarcal y dominante abierta o sibilinamente por la religión como guía moral, y por el dinero y el poder que éste otorga como guía real…



No obstante, cuando leo textos al respecto, la pasión que se les imprime es tal que a veces más parecen soflamas, integrismos,…entiendo que son la consecuencia de los siglos de dominación, de la rabia que te embarga cuando te haces consciente del juego y de lo mucho que las mujeres caemos en él y lo aceptamos como parte castrante en nuestras vidas.

Y esta mañana, de repente, me dio mucha lástima el género masculino. Porque está bien: sociedad patriarcal, dominación del hombre, sumisión de la mujer,…pero estos hombres de ahora son también el resultado de esa evolución social, y tienen muy pobres referencias en cuanto al sexo para mejorar; ¿cuáles?, pues por ejemplo:

ü  Las religiosas, en cuanto a lo pecaminoso del cuerpo en general, y del de la mujer en particular,
ü  El cuerpo femenino como objeto de consumo
ü  Sexualización del cuerpo y conducta para vender, adscrito a actrices, cantantes,…pero por supuesto no las mujeres decentes,…
ü  Uso y abuso del sexo en el marketing
ü  Introducción del sexo en las películas y series pero no como algo natural sino como un gancho para atraer (por dios, esos coitos con el sujetador puesto…¿en serio?).
ü  Porno, el actual adictivo y paralizante, porque el sexo que en su mayoría se vende es ejerciendo la violencia, sólo con penetración, y por supuesto para ser un hombre de verdad tienes que tener un pene enorme y que se levante siempre…


Sin embargo, la realidad se empeña en demostrarme que hay muchos hombres que, si bien son sensibles al porno y se excitan con él (vaya, también yo, aunque le vea los fallos, aunque me sobran muchas escenas, y me ahorro el chiste fácil), les parece simplificado, carente de alma, e instrumentalizado, pene y vagina y loa actores desconectados (casi podrían estar leyendo el periódico); y esto sin hacerme ninguna consideración sobre la parte de esclavitud y trata que a menudo empaña el porno.



Nos hemos hecho vagos e impacientes, en este mundo digitalizado, sin embargo, hay hombres que anhelan el sexo en toda la extensión de la palabra, con besos, lamidas, caricias, contacto, piel con piel; follando con alguien, no con algo.

Así que me lamento por mí como mujer, al mismo tiempo que veo que el bagaje de los hombres no es mucho mejor.

Quizá estén en una posición más cómoda para el dominio, pero son esclavos de los roles, de los prejuicios, de la falta de información sobre el deseo, de la falta general de humanidad que rodea el sexo, y muchos sienten que les falta algo, que hay mucho que no saben ni saben cómo aprenderlo, dónde están las fuentes…



Cuánto miedo alrededor del sexo, cuánto deseo de control; qué difícil vivirlo y transmitirlo con naturalidad…


viernes, 14 de marzo de 2014

Violento

A menudo he comprobado que expresar tus emociones en público violenta a muchos de los que te acompañan o las comparten contigo; de alguna manera, parece que consideran estas expresiones inapropiadas, fruto de una falta de control o de reacciones infantiles.

Y la estrella incontestable de este show, de esta escenificación pública, es sin duda el llanto, la expresión de una honda emoción. Es increíble lo mucho que llega a incomodar al que lo observa.

Quiero creer que esta reacción es la consecuencia de la falta de habilidades para acompañar correctamente estas manifestaciones sentimentales, fruto de cómo las entiende la sociedad, usos y costumbres imperantes; quizá también proceda de la incapacidad del que lo percibe para gestionar sus propias emociones; quizá, quizá, quizá...


Yo tengo la lágrima fácil, la emoción a flor de piel.

Y durante mucho años lo he reprimido como buenamente he podido, con el consiguiente sufrimiento y la frustración del no poder controlarlo siempre; con el miedo a ser tomada como débil, como diana de insidias, o devaluada como persona por mi falta de control... Hasta ahora.

Ahora digo basta. Ahora lloro si me peta, explico lo que me pasa, y si te sientes incómodo te jodes, que así levo sintiéndome yo 30 años y ya es hora de que te toque un poco a ti. Ahora si te confundes y piensas que soy débil es tu problema, y la sorpresa que te vas a llevar cuando descubras que no, tú te la buscaste.

Y qué quieres que te diga, me cuesta lo mío esa libertad, pero me siento mucho mejor...



Y tú, ¿por qué no lloras?

https://www.youtube.com/watch?v=kb_TDpOlDEQ




miércoles, 12 de marzo de 2014

Veneno

Hace poco me vi obligada a hacer dieta, bastante estricta, por cierto: nada de dulce, nada de fruta, nada de lácteos, nada de harinas.

Objetivamente no resultó tan difícil, y hasta me sentí más ligera.

Subjetivamente, en cambio, fue duro, porque no hay nada en la vida que uno quiera más que lo que le prohíben, aún en el caso de que le haga daño.

Y ahora que vuelvo a comer de todo, y pese a que intento incorporar alimentos poco a poco, sin aterrizar de plano en las costumbres previas, vuelvo a la parálisis intestinal y el flato, a la hinchazón y a la incomodidad perpetua...

Entiendo que esto algo tiene que ver con mis estados emocionales y mi búsqueda de sentido y completitud, y también con el número de veces que me pierdo entre banalidades, pero...¿es esa la única causa?.

Tengo la vívida sensación de que esta sociedad post-industrial nos envenena: filosóficamente,  porque nos arrebata el tiempo para la reflexión, trata de mantenernos perennemente ocupados para que no paremos y en el bendito aburrimiento descubramos la falta absoluta de sentido de las vidas que a menudo vivimos y de las preocupaciones que a menudo albergamos; y físicamente, porque la producción industrial de alimentos parece desvirtuarlos de tal manera que parece que no podamos digerirlos (hasta la inofensiva coliflor que compras en la frutería es una puñetera bomba de relojería).

Para colmo de males, si quieres comer alimentos frescos, prepara la cartera, porque comer sano se está convirtiendo en un auténtico lujo. No sabe uno si reír o llorar tras ver las campañas mediáticas encaminadas al consumo de frutas y verduras en lugar de eso que llaman los americanos "junk food", es decir, comida basura; a menudo me descubro reconviniendo a la televisión que quién va a pagar el lujo de comer sano, y el pobre electrodoméstico no tiene la culpa...



Vida indigesta, sistema político-económico indigesto, alimentación indigesta...¿acabaremos cultivando nuestra propia comida o muriendo de opulencia?.