martes, 9 de marzo de 2010

Siempre puede ir a peor

El abuelo de mi prima preferida siempre decía, con un afán tranquilizador un tanto peculiar: "tu tranquilo, que siempre puede ir a peor".

Y tan agorera sentencia hoy se ha cumplido. Tratando de mejorar la ubicación de la CPU de mi ordenador de trabaja, y conseguir no clavármelo en la rodilla, todo parece indicar que le he dado "matarile".

Yo, que me quejaba de lo mucho que me aburro en el trabajo, por lo menos podía consultar vuestros blogs, opinar en ellos si era menester, y si por suerte se me ocurría algo sobre lo que escribir, llevarlo a cabo en la más flagrante ilegalidad.

Con la patata que me han habilitado mientras mi ordenador está en la UCI (y va para largo), se me reducen mucho los posible usos fraudulentos del tiempo laboral, y a punto estoy de ponerme a gritar...lo que tarda este bicho en abrir una web no es ni normal ni saludable para una impaciente crónica como yo.

Para colmo de males, se me ha ocurrido ir al baño a liberar la frustración, baño que carece de calefacción y en el que siempre hay una ventana abierta (algún dia descubriré y mataré al culpable), así que ahí estaba yo, tratando de masturbarme a unos 3 ºC. ¿El resultado?, un sospechoso habitual: si, me he corrido, y si, me he arrepentido al instante, porque me ha visitado mi amiga la progtalgia fugans, que últimamente no se pierde un lance amoroso la muy cabr...Acabaré teniendo una aversión instintiva a todo lo carnal.

Y a lo informático, también.